Las armas de la Segunda Guerra Mundial

La Segunda Guerra Mundial, debido a su larga duración y a las elevadas inversiones en investigación para desarrollar armas cada vez más sofisticadas y eficientes, permitió la aparición de nuevos artefactos ofensivos y defensivos.

El uso de tanques y de la aviación imposibilitó las líneas de trincheras típicas en la Primera Guerra Mundial.  Entre los tanques, los más célebres al principio de esta Guerra fueron los Panzers alemanes; más tarde se impuso el T-34 soviético, que fue construido en grandes cantidades a partir de 1941. Entre los aviones, los alemanes impusieron en principio sus bombarderos Stuka y sus cazas Messerchmitt (encargados de derribar aviones contrarios), sin embargo, los cazas británicos Spitfire les detuvieron en 1940. En la guerra en el Pacífico destacaron los cazas Cero japoneses, imbatibles hasta que Japón perdió a sus mejores pilotos.

En la guerra naval sobresalieron los portaviones que convertían las batallas navales en batallas aéreas. Estos nuevos sistemas dejaron para la antigüedad a los acorazados.

   

             Panzer alemán                                                        T-34 Soviético

Los submarinos alemanes, muy perfeccionados, desempeñaron uno de los papeles más importantes, hundiendo más de catorce millones de toneladas de buques. Los sistemas de detección fueron perfeccionados entonces por los aliados: el radar y el sonar.

La entrada de Estados Unidos en la guerra decantó la balanza tecnológica a favor de los aliados, con nuevas armas como el bazooka (lanzador portátil de proyectiles antitanque), el walkie-talkie (teléfono inalámbrico portátil), el jeep (pequeño vehículo todoterreno), los cazas Mustang y Hellcat o los grandes bombarderos B-29. Finalmente, la bomba atómica terminó por transformar hasta el mismo concepto de guerra.