Los habitantes europeos del siglo XVIII veían crecer de una manera importante la administración, el comercio, la industria, las ciudades y una organización del Estado más eficiente que anteriormente. A la vez que estos cambios sociales y económicos se dio, en la misma fecha también, un avance científico y técnico en los campos de la biología, la química y las ciencias sociales.
Estos avances fueron desarrollados por pensadores y escritores minoritarios pero influyentes que recibieron el nombre de ilustrados. Sus innovadoras ideas reciben el nombre de Ilustración.
Los círculos intelectuales solían estar vinculados a las nuevas fuerzas sociales emergentes: industriales, comerciantes, funcionarios etc. Los más influyentes desarrollaron su trabajo en Europa occidental, más concretamente en Francia, que era el país dominante en cuanto a cultura se refería.
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