Uno de los ideales de los Aliados, y sobre todo, de los
Estados Unidos de América en la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), era la
libertad. Los soldados yankees eran los “salvadores”. Invadieron Europa y el
Pacífico, liberando cada pueblo a su paso y ciudades tan importantes como París
(Agosto 1944) de las manos del nazismo cruel y fiero del Tercer Reich Alemán
liderado por Adolf Hitler. Y no olvidemos, y no seamos europeocentristas, también
libraron Asia y el Pacífico de las garras del emperador Hirohito, dos ejemplos
de gobierno férreo y dictatorial y de una doctrina fanática del nacionalismo,
tan de moda en la primera mitad del siglo XX.
Después de que la Guerra tomara un cambio de dirección tras
días tan importantes como el Día-D o la toma de Iwo Jima, Estados Unidos salió
victorioso a la cabeza de los Aliados, imponiendo de nuevo “su” libertad,
aceptando también las condiciones que Stalin a la cabeza de la URSS imponían
los territorios de nueva ocupación.
No, ahora no estamos en los años 30 o 40, no estamos en una
guerra declarada, más bien, diría yo, una Guerra Sumergida, así como la economía
lo está. No hay, por suerte, una ultraderecha nacionalsocialista que domine el
mundo a pesar de haber indicios de ella.
Estados Unidos no lucha por la libertad de los pueblos ni por su bien, sino por
su propio interés, por el control de las nuevas zonas, por el Neoimperialismo,
apoyando a dictadores que los apoyan en sus planes, excusándose en la
democracia para intervenir en algún país o haciendo campañas contra aquellos que
no piensan como ellos y que están dispuestos a enfrentarse a ellos.
Veo un rebrote nacionalsocialista en cuanto a elementos de
control por parte de los yankees contra todo el mundo se refiere. Es ahora cuando nosotros tenemos que luchar por
nuestra libertad, es hora de convertirnos en soldados, por la paz, por el
futuro y por el bien del mundo. Que ya nos tocará a nosotros ser corruptos y
que nos cambien, como lo vamos a hacer nosotros con la élite actual, porque la
Historia siempre se repite…Es hora de montar la Resistencia. La Quinta Columna.
Es tiempo de lucha, sacrificio y victoria.
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