Un estado que desde 1917 con la declaración Bankur, y a partir de 1918, sobre todo, va a haber una emigración cada vez más numerosa de judíos hacia Palestina, el lugar que para los judíos era la tierra prometida, que dios le había concedido, que era de su propiedad por tanto y era el espacio ideal y legitimo para crear un hogar nacional judío. Una Palestina que estaba bajo mandado británico.
Esta emigración se va hacer cada vez más numerosa desde los años 20 y especialmente desde los años 30, hasta el punto de que al comienzo de la IIGM la población judía en Palestina era aproximadamente de la mitad de la población palestina. El final de la IIGM, el conocimiento del terrible alcance que había tenido el Holocausto va a crear un clima de apoyo internacional al pueblo judío, y de hecho, las propias organizaciones judías van a acelerar el proceso de emigración hacia Palestina entre 1945 y 1947 al mismo tiempo que empiezan a protagonizar la resistencia armada a los británicos, empiezan a practicar atentados, y empiezan a exigir el abandono del colonialismo británico y la creación de un estado hebreo.
Ese mismo año de 1947 la ONU propone la partición de Palestina en dos estados, el 55% del territorio se atribuía a los judíos, en un territorio continuo y un 45%, separado en tres partes, se atribuía a los Palestinos, manteniendo a Jerusalén, reivindicado como capital espiritual y política por unos y por otros, como una ciudad internacional. En 1948 termina el mandato británico en un clima de enfrentamiento entre judíos y palestinos, judíos y británicos, palestinos y británicos. Y el mismo día que termina el mandato británico, los judíos proclaman el estado de Israel.
Primera guerra árabe-israelí.
Esa proclamación, provoca la primera guerra árabe-israelí, una guerra que durará hasta 1949 que termina con la victoria israelí y el reforzamiento de sus posiciones de tal manera que cuando se firma el armisticio, amparado por la ONU, los israelíes consiguen más territorios de los que había previsto la ONU y sobre todo, el acceso a la ciudad de Jerusalén, ya que una parte de esta ciudad será judía.
Por su parte, la derrota Palestina hace que en el mundo árabe haya una profunda división y sobre todo que los palestinos no puedan crear ese estado previsto por Naciones Unidas en 1947, de las tres partes que se les atribuían: Gaza se la queda Egipto, y las dos partes de Cisjordania se las queda Jordania. Los palestinos se quedan sin territorio, muchos de ellos han sido expulsados por los judíos, en una guerra de terror. Los palestinos huyen y se crea el problema de los refugiados, que han estado y que siguen estando en el fondo de las negociones actuales entre judíos y palestinos. Unos refugiados que tienen que irse a países vecinos fundamentalmente Jordania y Líbano y que serán también en esos países un motivo de conflicto.
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